Descripción
La otitis es la inflamación del oído en cualquiera de sus niveles, externo, medio, interno. Las otitis infecciosas pueden estar producidas por multitud de agentes bacterianos e incluso micóticos o parasitarios. Suelen ser muy frecuentes en los perros de raza con orejas caídas y grandes, y sobre todo en el cocker. Los principales síntomas son olor fuerte, sacudidas de cabeza, secreciones purulentas, picor intenso, dolor y rascado continuo de la zona.
Prevención y tratamiento
El tratamiento consiste en antibióticos o antimicóticos, según el caso, por vía general y tópica, limpiezas diarias de los oídos tomando las precauciones oportunas y con productos adecuados e impedir el rascado del animal. Son enfermedades que pueden tender a la cronicidad si no son atajadas a tiempo , con crisis agudas periódicas.
Las infecciones del oído externo en los perros son una de las patologías más comunes en estos animales. Generalmente son causadas por hongos, pero también por alergia, bacterias de distintos tipos o ácaros. Pueden ocurrir en cualquier raza, pero los perros de orejas caídas, como los Cockers, son más propensos a padecerlas. También hay razas que suelen sufrir esta infección por tener el canal auditivo recubierto de pelos que impiden una buena ventilación, como los Caniches.
Los signos clínicos son similares en todas las otitis, independientemente del agente que las provoque. El perro se ve incómodo, sacude la cabeza con frecuencia, se rasca con sus patas traseras y, si se observa con atención, se nota un exudado abundante con olor desagradable y la piel del conducto auditivo enrojecida e inflamada. Cuando esta situación se prolonga puede aparecer lo que se llama otohematoma: un vaso sanguíneo de la oreja se rompe por los golpes y se forma un gran derrame de sangre bajo la piel que forma un bulto blando. Si no se resuelve con una cirugía, la oreja queda “arrugada” al reabsorberse el hematoma.
Hay algunas diferencias en el exudado según el tipo de infección. Cuando la otitis es de origen micótico, la secreción es castaña oscura y bien pastosa. En el caso de ser bacteriana, se observa un color más amarillento y consistencia más fluida, similar al pus. En las otitis por ácaros la secreción es marrón oscura y muy abundante; además este tipo de parásitos se observa casi exclusivamente en cachorros.
Las gotas que se venden para el tratamiento de las otitis son realmente muy similares; casi todas contienen una combinación de antiinflamatorio, antimicótico y antibiótico. Esto podría hacerte pensar que simplemente las compras, se las colocas en el oído a tu perro y solucionado el problema. Sin embargo si tu mascota, ya sea perro o gato, presenta estos síntomas, siempre debes llevarlo a que lo revise su veterinario. Es muy importante que él diagnostique de qué tipo es la infección para poder hacer un correcto seguimiento de la enfermedad. Además siempre es necesario realizar una buena limpieza de los oídos antes de comenzar el tratamiento para que las gotas penetren en profundidad y actúen como se espera. A veces los oídos están tan inflamados que hay que inyectar alguna medicación que alivie la molestia y el dolor rápidamente. De acuerdo a lo que vea, el veterinario te indicará qué gotas debes usar, con qué frecuencia colocarlas y durante cuántos días. En algunas infecciones bacterianas muy severas te recomendará darle antibióticos en píldoras. Además puede ocurrir que la otitis se deba a otro problema de base, como una atopía, un tumor en el conducto auditivo o un cuerpo extraño. Estos problemas no se solucionarán jamás con un simple tratamiento con gotitas.
La revisión de los oídos consiste en mirar a simple vista el exudado y la piel de los oídos, luego se mira a través de un otoscopio, que permite ver con aumento el interior del conducto auditivo, el estado del tímpano y la presencia de cuerpos extraños. También se toma una muestra con un hisopo y se observa en el microscopio. Los hongos y los ácaros se ven fácilmente con este método así como algunos tipos de bacterias. Si el veterinario lo considera necesario puede decidir enviar una muestra al laboratorio para realizar un cultivo y determinar el tipo exacto de bacteria y el antibiótico de elección para eliminarla.
Casi todas las otitis se curan una vez que se ha escogido la medicación adecuada. En algunos pacientes el problema regresa y es ahí donde hay que investigar si hay enfermedades subyacentes como alergias, hipotiroidismo o defectos en el conducto auditivo que requieran un tratamiento diferente o más completo. Los animales que sufren de otitis crónica pueden acabar con el conducto auditivo parcial o totalmente cerrado y a veces llegan a necesitar cirugías que varían según el caso particular.
Hay perros que sufren infecciones en el oído en forma repetida, sin importar el tratamiento que se les haga. En estos casos es una muy buena opción recurrir a un veterinario homeópata o fitoterapeuta (tratamientos con hierbas) que examine al animal desde un enfoque holístico. Existen gotas preparadas a partir de ajo o melaleuca (árbol del té) que tienen un leve efecto antibiótico y desinflamatorio que podrían ser muy útiles para combatir las infecciones recurrentes o prolongar los períodos de remisión. Muchas veces esto soluciona el problema completamente o lo mejora mucho y así no es necesario que tu mascota reciba tanta medicación.
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