SARNA CANINA


La sarna en los perros es una enfermedad de la piel provocada por un parásito (Sarcoptes scabiei). Es muy contagiosa y causa una insoportable comezón en los animales que la padecen.


Seguramente habrás visto alguna vez un perro con sarna y habrás escuchado también recomendaciones sobre no tocarlo, que no se puede curar o, por el contrario, sobre numerosos remedios caseros para tratarla. En realidad es muy sencillo curarla con medicamentos que no son para nada costosos y una vez iniciado el tratamiento los ácaros mueren rápidamente y ya no es contagiosa.


El agente causal es un ácaro microscópico (Sarcoptes scabiei) de la misma familia que el de la sarna felina, aunque cada uno es específico para una especie y es muy raro el contagio entre perros y gatos. Sin embargo pueden afectar a otra especie durante un corto tiempo en forma leve (incluidos los humanos). Estos ácaros hacen todo su ciclo de vida sobre el animal, depositando sus huevos en galerías que cavan bajo la piel. Nunca bajan el suelo, de hecho no logran sobrevivir más que unos pocos días en el ambiente fuera de su huésped porque mueren por efecto de la desecación.


Signos clínicos: los ácaros prefieren las zonas del cuerpo con poco pelo, por lo tanto prefieren las zonas bajas del cuerpo. Los primeros sitios afectados son las orejas y los codos. La enfermedad se extiende a otras partes del cuerpo cuando el pelo se va perdiendo por el rascado constante. Las primeras lesiones son pápulas (granos) costrosas, rojizas, que causan mucha comezón (prurito). Tienen costras amarillentas espesas, y el rascado constante provoca heridas diversas en poco tiempo. El perro se nota muy molesto y no logra descansar; las lesiones pican más cuando la piel está más caliente, como en el interior de la casa o cerca de una estufa. En los casos crónicos la piel se engrosa y se oscurece por la inflamación. Son muy frecuentes las infecciones secundarias.


Algunos perros muy acicalados presentan una rara forma de sarna oculta. Los baños frecuentes limpian la piel de costras y escamas y eliminan muchos ácaros, por lo que solo permanecen en el cuerpo los suficientes para generar algo de prurito. El perro se rasca, pero sin provocarse heridas; frecuentemente se diagnostica como una alergia y se trata con corticoides, pero sin resultado positivo.


Diagnóstico: el veterinario realiza raspajes de la piel para intentar detectar los ácaros en un microscopio. Deben hacerse varios porque el parásito es difícil de encontrar. Este es el único método para diagnosticar con certeza esta enfermedad, pero hay otros que sugieren la sarna, como frotar el borde de las orejas y ver si el perro hace movimientos de rascado con su pata trasera. Esto unido a la experiencia del veterinario puede ser suficiente para un diagnóstico presuntivo que justifica iniciar el tratamiento.


Tratamiento: el tratamiento se inicia apenas se confirma o sospecha la enfermedad, pues no hay que dejar que se contagie a otros perros. El mismo consiste en la aplicación de ivermectina subcutánea u oral. Esta droga no está aprobada para su uso en perros, pero de hecho se la utiliza desde hace años. Los collies, Shetland y sus cruzas NO DEBEN RECIBIR ESTA DROGA jamás, pues en ellos pasa la membrana hemato-encefálica y puede provocarles un coma y la muerte. La ivermectina elimina rápidamente todos los ácaros; es necesario aplicar una segunda dosis a los 10 días aproximadamente y a veces también una tercera, según lo que te indique tu veterinario.

Por otro lado es necesario tratar la piel. Para esto se realizan baños con champú antiséptico, que elimina las costras y desinfecta la piel. En algunos casos será necesario dar también un antibiótico si esta está infectada o los ganglios se palpan agrandados. Generalmente se indican también enjuagues con un producto insecticida. Los organo-fosforados son algo tóxicos y suelen tener resistencia, así que la droga de elección es el Amitraz. Se prepara la dilución según indica el envase y se aplica sobre el perro una vez por semana por 2 a 4 tratamientos según la gravedad de la sarna. Este producto no se debe usar en cachorros de menos de 3 meses ni en hembras gestantes.


Como esta enfermedad es tan contagiosa, se debe tratar a todos los perros en contacto con el enfermo aunque no presenten síntomas. El veterinario te dirá si darles medicamentos o solo baños. Aunque el ácaro no sobrevive muchos días en el ambiente conviene también hacer una higiene profunda y desinfección de los colchones, cobijas y ropas del perro y fumigar la caseta y demás instalaciones.





Una vez que la piel está sana y se han eliminado todos los ácaros, resta esperar hasta que crezca el pelo. Para esto ayuda una buena alimentación y grandes dosis de juego, atención y cariño.
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